Sí, con alegría alabamos a Dios al celebrar el 4 de noviembre el 50 aniversario de la llegada de las hermanas de nuestra Congregación a la India, junto con nuestras hermanas de la Provincia de la India. ¡Qué gran aventura! ¡Qué valentía y confianza en Dios!
Las jóvenes indias llegaron a Alemania y Francia en 1962. Tras un difícil período de adaptación a una cultura, unas condiciones de vida y una lengua totalmente diferentes, y tras años de formación religiosa y profesional, regresaron a la India en 1973 como Hermanas del Divino Redentor para dar testimonio del amor de Dios y de las obras de misericordia en el espíritu del carisma de nuestra fundadora, la Beata Madre Alfons María. Una vez más, tuvieron que adaptarse a las nuevas condiciones de vida y a la lengua del estado de Tamil Nadu, y luego de otros estados indios donde se fueron formando comunidades. Pero su celo apostólico, su juventud, su confianza en la Divina Providencia y el desamparo que veían a su alrededor les ayudaron a seguir adelante y a superar innumerables dificultades. Desde el principio, recibieron un gran apoyo del entonces Generalato de Oberbronn. Fundada en 1973, la delegación se convirtió en la Provincia de la India en el año 2000, después de que la comunidad creciera gradualmente y se unieran a la comunidad jóvenes indias interesadas. En la actualidad, hay 85 hermanas indias en cuatro estados del país, algunas de las cuales viven y trabajan en otras provincias o delegaciones de la congregación.
El 4 de noviembre se celebró una gran fiesta jubilar en Manjalamoodu, la primera comunidad abierta tras el regreso de las hermanas de Europa, para dar gracias a Dios por todo lo que las hermanas han podido vivir y realizar con su ayuda durante los últimos 50 años. A la misa solemne en rito siro-malabar y a los actos del día siguiente asistieron dos obispos, numerosos sacerdotes, monjas de todas las comunidades, muchas religiosas de otras congregaciones, fieles, colaboradores, personas ayudadas por las hermanas y muchos otros. En muchos de los discursos se hizo hincapié en el sencillo modo de vida de las hermanas, que no difiere en nada de la vida de la población local.
Las hermanas fueron y siguen siendo un modelo y una ayuda para fortalecer la dignidad de las personas.
¡Que el Señor siga bendiciendo y acompañando esta obra!