El 14 de septiembre, en nuestra Casa Madre de Oberbronn tuvimos la oportunidad de celebrar una gran fiesta:

el bicentenario de Madre Alfons María (Elizabeth Eppinger).

“Nosotras”, quiere decir en este caso: las Hermanas de las tres Congregaciones que veneramos a Madre Alfons María como fundadora:

las Hermanas del Divino Redentor (Sopron / Roma),
las Hermanas del Redentor (Wurzburgo)
y nuestra Congregación (Hermanas del Divino Redentor, Hermanas de Niederbronn).

Juntos ya nos habíamos preparado para este aniversario a lo largo de tres años – bajo el lema

“La grandeza de una vida sencilla”.

Hermanas de todos los rincones y todas las partes del mundo habían venido para dar las gracias por el don de la vida de Madre Alfons María, según cuyo ejemplo hoy ellas todas se esfuerzan por seguir a Cristo y estar a disposición de los hombres y mujeres que les necesitan.

También los “parientes más cercanos” de la familia Eppinger aceptaron nuestra invitación y festejaron juntos con nosotras su gran bis-bis-…tía abuela.

La variedad de naciones, culturas y lenguas salió claramente a la luz en la Celebración Eucarística solemne, presidida por Mons. Grallet, Arzobispo de Estrasburgo.

A continuación, en el almuerzo, hubo la ocasión de encontrar a hermanas conocidas o de llegar a conocer a otras.

Por la tarde, el Prof. Winling explico en una conferencia que la espiritualidad de Madre Alfons María sigue siendo de significado y actualidad al igual de antes. Después Hna. Catarina, como Postuladora de la Causa de Beatificación, ofreció informaciones acerca de su trabajo y el estado actual de la Causa.

En todos los eventos y encuentros de este día, se sentía una gran alegría y un verdadero clima fraternal, así como una gratitud profunda por el don y el ejemplo de una mujer alsaciana sencilla que era sensible para los signos de Dios, que se abandonó totalmente a ÉL, con valentía y una confianza inquebrantable, y que se hizo así para tantas personas una testigo grande de su ternura y misericordia.

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